«La ley ampara a estos comerciantes, pero no es justo lo que hacen porque ni lo quiere ni  lo necesita la sociedad», aducen las centrales.
Los sindicatos adelantaron ayer que mantendrán las protestas contra las tiendas que desafíen su oposición y se atrevan a abrir de nuevo los domingos y festivos. Los representantes de ELA, LAB, UGT y CC OO volvieron a acusar a estos comerciantes de romper un «acuerdo tácito no escrito» e insistieron en que los clientes disponen de tiempo más que suficiente para hacer sus compras con las 72 horas semanales actuales.
Tras arremeter contra los empresarios que han resistido en las últimas semanas sus amenazas y coacciones, admitieron que la ley les «ampara», si bien alegaron que «no es justo» lo que hacen porque es algo que «la sociedad ni quiere ni necesita». Se apoyaron en los resultados de un informe de la Organización de Consumidores-EKA, según el cual el 94% de los encuestados considera suficiente abrir únicamente de lunes a sábado.
Dos días después de disolver una nueva marcha sin justificar el cambio de planes, las centrales se presentaron ayer junto a representantes de la Asociación de Comerciantes Euskal Dendak y EKA para anunciar la convocatoria de una manifestación el próximo 11 de marzo en Bilbao para garantizar el «empleo en el pequeño comercio». También recogerán firmas entre los trabajadores del sector en defensa del derecho «al descanso semanal» y la conciliación de la vida laboral y familiar.
En línea con las protestas llevadas a cabo en las últimas semanas, que Bilbao Dendak tildó anteayer de «verdadera salvajada y absolutamente inadmisibles», los sindicatos restaron trascendencia, por un lado, a la «magnitud» que ha alcanzado la decisión de sólo «algunos negocios» -más de veinte el pasado 8 de enero- de acogerse al decreto-ley del Gobierno vasco que autoriza la apertura de 8 días máximos al año en festivos a los locales de más de 150 metros cuadrados. Sin citar en ningún momento al alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, remarcaron que esta apertura deriva de la actuación de algunos «cargos institucionales» y del tratamiento que «determinados medios de comunicación» han dado a la «problemática» de los horarios.
«Nada por escrito»
Se reafirmaron en que esta norma busca «la salvaguarda» y defensa de «los intereses de negocio de una minoría». Desmintieron que la medida genere más empleo y contribuya a reactivar la actividad económica. Sólo favorecerá, subrayó la portavoz de ELA, Marije Fernández, a los grandes complejos periféricos que se beneficiarán, a su juicio, del desplazamiento «de parte» de las ventas de los días laborales a los festivos y domingos y del centro de la ciudad «hacia las afueras».
La desregulación de los horarios comerciales «nos llevaría a la implantación de la ley de la selva», aventuró la portavoz de UGT, Paula García, quien recordó que los comercios que «incumplan el acuerdo aceptado mayoritariamente en el sector» encontrarán la resistencia sindical. «Siempre habrá un ratón verde en algún sitio», alegó García, en alusión al dueño de For, una de las tiendas que abrió tanto el 18 de diciembre de 2011 como el primer domingo de enero. «Entre nosotros hemos acordado estas condiciones y no tenemos por qué recogerlas por escrito», remató Marije Fernández.
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