Creen que la política liberalizadora del Ayuntamiento de Bilbao «desviará» el gasto a la capital y a grandes superficies.
La liberalización parcial del sector comercial de Bilbao trasladó ayer sus focos a la periferia. Portavoces del PNV y PSE expresaron su preocupación por las consecuencias que la apertura en festivos generará sobre los pequeños negocios de Bizkaia. Consideran que la flexibilización horaria pondrá en entredicho «aún más» la pervivencia de numerosas tiendas tradicionales y acentuará la fuga de gasto comercial de los municipios hacia la capital vizcaína.
Además, temen que el acuerdo pactado por el PNV, PP y PSE en el Consistorio de Bilbao termine de «darles la puntilla», si las grandes superficies se aferran también al decreto ley del Gobierno vasco, que permite a los establecimientos de más de 150 metros cuadrados operar ocho días más de los previstos, como ocurre, desde hace años, en casi todas las comunidades autónomas.
La tensa situación que vive el sector quedó evidenciada con la reunión que convocó ayer la Confederación Empresarial de Comercio. Cecobi invitó el pasado viernes a todas las asociaciones zonales, sectoriales y gremiales para analizar la «polémica decisión» adoptada por el pleno bilbaíno, salvo Bildu, que volvió a solicitar la anulación del referido acuerdo. Su portavoz, Ana Etxarte, insistió en que esta medida «sólo beneficia» a las grandes superficies y lamentó que se haya tomado «a espaldas de los principales interlocutores».
«Ni oportuna ni  necesaria»
Precisamente, el encuentro desarrollado en la sede de Cecobi vio defraudadas gran parte de sus expectativas al faltar Bilbao Dendak. «Ningún miembro» de esta entidad, que integra una amplia representación de instituciones públicas -incluida el Ayuntamiento de Bilbao- acudió en nombre de esta plataforma. Sí lo hicieron «bastantes de sus integrantes», según explicó Cecobi, en calidad de organizaciones de comerciantes, como BilbaoCentro, una de las más poderosas de la ciudad.
Fuentes autorizadas de Bilbao Dendak, cuyo presidente Javier López presentó su dimisión «con carácter inmediato» el pasado jueves, nada más conocer el pacto adelantado por EL CORREO, justificaron su ausencia al no considerar «oportuna ni necesaria» esta asamblea. «No tiene ningún sentido que aparezca un tercer agente en este asunto cuando llevamos más de dos meses con el mismo», advirtieron. «Nos consideramos autosuficientes para solucionar este conflicto», recalcaron. Julián Ruiz, secretario general de Cecobi, declinó comentar cualquier aspecto tratado en la reunión de ayer, a la espera del comunicado que presentarán hoy y que han consensuado entre «todas las partes para no herir ninguna sensibilidad», según comentó un asistente a la reunión de ayer.
Detrás de este hermetismo subyace una honda preocupación política por evitar infringir mayores daños a un sector duramente castigado por la crisis y el temor de que los negocios radicados en Bilbao acaben fagocitando al resto de la provincia. Un portavoz del PNV de Bizkaia explicó que la «división» apreciada entre los comerciantes bilbaínos se ha trasladado a los «municipios», que ven con «cierto temor» la política liberalizadora auspiciada por Iñaki Azkuna y secundada por los principales grupos de la oposición. «Creen que los 8 festivos puedan perjudicarles notablemente y que habría que abogar por políticas de mayor equilibrio para contentar a todos», subraya. Responsables del PNV señalaron que esta preocupación se da por igual en todas las localidades, independientemente de «quien gobierne».
Precisamente, el alcalde de Portugalete, el socialista Mikel Torres, reconoció que el establecimiento del calendario festivo por parte del Consistorio bilbaíno ha provocado «cierta inquietud en los pequeños comercios tradicionales», ante la posibilidad de que el gasto que «ahora se queda en el municipio» se desvíe hacia los complejos comerciales de la periferia o Bilbao.
Torres cree que los negocios locales cuentan con la ventaja del turismo que sigue llegando a Portugalete, pero tampoco pasa por alto «el efecto tractor» que supone el metro, sobre todo para la gente joven, «que se lanza a las compras los fines de semana en Bilbao». Por eso entiende que esos festivos podrían «suponer más un peligro que una oportunidad», remató.
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