SUS restos son testigos silenciosos de la contienda que se libró hace ya décadas. Son trozos de memoria de la Guerra Civil. Los montes vizcainos atesoran vestigios de lo que fue el Cinturón de Hierro, la línea defensiva de Bilbao. Y la comarca de Uribe está sembrada de sus trincheras, asentamientos de ametralladora, pozos de tirador y fortines, entre otros elementos, que esperan callados a que alguien les rescate de las zarzas para que cumplan una nueva función de testimonio férreo de memoria histórica. Hoy, las instituciones locales y comarcales han tomado conciencia del potencial histórico de estos vestigios. Por eso, en este momento, los ayuntamientos de Uribe Kosta, Uribe Butroi, Mungialde y Txorierri se han puesto manos a la obra junto a la Agencia de Desarrollo Rural, Jata Ondo, para poner en valor turístico el Cinturón de Hierro a su paso por la comarca.

En un principio se llevará a cabo una primera fase de información y concienciación a la ciudadanía y a las instituciones para evitar el deterioro de los diferentes elementos patrimoniales que quedan aún en buen estado. Así, se colocarán trece paneles verticales informativos en los diferentes municipios para que, por una parte, vecinos y paseantes tengan información a través de textos, fotos, dioramas, mapas etc., de lo que es el Cinturón de Hierro, y por otra, del elemento concreto que se encuentre en las inmediaciones del cartel. En total son diez los pueblos de la comarca que tienen en su término municipal algún resto bélico de esta línea defensiva: Berango, Barrika, Urduliz, Sopelana, Laukiz, Gatika, Loiu, Mungia, Gamiz Fika y Larrabetzu.

Así, está previsto que en los próximos meses se coloquen estos paneles de madera en los municipios que tengan estos restos, o en aquellos de la comarca que aún no teniendo vestigios del Cinturón de Hierro, tienen algún acceso fácil a restos de municipios colindantes.
"Con esta señalización se pretende concienciar a la población de lo que tenemos. Es un patrimonio que es memoria de la historia de nuestro pueblo", explica Jagoba Martínez, de Jata Ondo.

Este proyecto no es algo que haya surgido de la noche a la mañana. Recuperar el Cinturón de Hierro a su paso por la comarca como potencial turístico es una aspiración en la que ya viene trabajando Jata Ondo desde hace unos años. No en vano, ya en 2007 el por entonces Plan de Dinamización Turística de Uribe hablaba de esta iniciativa. "Es uno de nuestros puntos fuertes junto con el medievo y lo que nos puede diferenciar de otras zonas colindantes", explica Martínez.

Ha sido con el actual Plan de Dinamización de cara a los años 2012-2015, cuando se ha acabado por materializar este proyecto en el que Jata Ondo tiene vocación de hacer de nexo de unión para que sea un proyecto de los ayuntamientos de la comarca. Con este objetivo, Jata Ondo está trabajando con la asociación Sancho de Beurko, que lleva desde 2007 estudiando y catalogando para el Gobierno vasco los restos del Cinturón de Hierro. Así, esta entidad comarcal ha tomado como base el inventario que Sancho de Beurko ha realizado en Uribe, y el pasado mes de marzo se llevó a cabo una reunión con los ayuntamientos en la que se les informó del patrimonio que hay en los municipios y se les planteó la recomendación de dotar a estos vestigios del nivel de protección local que en cada caso sea posible. Un siguiente paso sería transmitir al Gobierno vasco la necesidad de otorgar protección a estos elementos pero a un nivel más alto.

Linea defensiva De entre las fortificaciones de la Guerra Civil en Euskadi es innegable que destaca el Cinturón de Hierro, que fue la línea defensiva construida por el Gobierno provisional de Euzkadi para tratar de frenar el avance de las tropas franquistas. Esta línea defensiva se extiende por una buena parte de Bizkaia, y en Uribe se concentran cantidad de vestigios.

En la materialización de esta línea de defensa tomaron parte muchos vecinos de las zonas por las que pasaba, gentes que aparcaban sus oficios para ayudar en las labores de construcción, bien como gudaris o bien como voluntarios. Realmente, la denominación de Cinturón de Hierro la acuño el enemigo. Como Bilbao tenía fama por sus minas de hierro, la propaganda franquista difundió que esta línea estaba construida con este material. De ese modo, se pretendía magnificar el valor de sus tropas de cara a la conquista de Bilbao.

Pero en verdad, si algo tiene el Cinturón, son sobre todo zanjas y trincheras, mientras que sus característicos nidos de ametralladora de hormigón son menos abundantes, aunque hay una buena colección de estos puestos de tiro y de fortificaciones en la zona de Uribe.

En junio del 37 cayó Bilbao y desde entonces el Cinturón de Hierro ha ido languideciendo paulatinamente hasta quedar abandonado a su suerte. Una buena parte de estos vestigios ha ido sobreviviendo mejor o peor a décadas de plantaciones, talas y entresacas realizadas en los terrenos... Las zarzas y las raíces de los árboles han afectado a muchos de ellos.

Ahora, los posibles procesos de recuperación y limpieza que puedan llevarse a cabo de la mano de los ayuntamientos interesados, dependerá en gran medida de los propietarios de los terrenos en los que se encuentran ubicados muchos de los restos.

Pero además de restos del Cinturón de Hierro, en Uribe hay otros vestigios bélicos que, aunque no forman parte de esta línea defensiva, también merece la pena salvaguardar y potenciar turísticamente. Por ello, Jata Ondo los ha incluido en esta iniciativa, como es el caso de los restos existentes en Lezama o las baterías de cañones de Gorliz, en la costa, que además se encuentran en un marco natural incomparable.

Este proyecto también recoge a los nidos de ametralladora de Maruri Jatabe, que pertenecen a otra línea defensiva que fue el denominado Sector de Andrakas, para cuya construcción se desvió mano de obra del Cinturón de Hierro.

Así, a lo largo de los próximos meses se colocarán estos paneles informativos en diversos pueblos de la comarca que se han considerado adecuados para ello, bien porque tienen restos, o bien porque poseen un acceso adecuado para llegar a vestigios de pueblos vecinos. Así, desde estas instituciones locales se da un vital paso para tratar de que perduren estos trozos de historia.